Era 13 de marzo cuando nos despedimos, cuando se congelaron las voces en los pasillos, los restos de tiza quedaron abandonados en las pizarras y ningún profesor volvió a poner un parte.
¿Acaso todo se detuvo? Nada más lejos de la realidad. La aventura de enseñar y aprender ha continuado, pero fuera de los muros de nuestro centro.
Ahora, los trabajos de desinfección de cara a la reapertura de la semana que viene (solo para labores administrativas), nos traen estas imágenes. Tal vez puedan causar desolación o tristeza... nosotros preferimos pesar que son un recordatorio, un adelanto de los momentos maravillosos que nos esperan cuando todo esto termine.