jueves, 16 de mayo de 2019

Aula de dibujo "Laura Luelmo Hernández"

El pasado martes 14 de mayo, se descubría la placa en homenaje a nuestra compañera Laura; situada en el aula de dibujo en la que impartía clase y que a partir de ahora llevará su nombre.



En el acto, nuestro compañero Álvaro Cabezas leyó el siguiente texto escrito por él mismo:

Estimados compañeros y compañeras, buenas tardes: tengo el honor de dedicar unas palabras en recuerdo de nuestra compañera Laura Luelmo con ocasión de la inauguración de esta placa que dará nombre, para siempre, a este aula de dibujo que durante tantos años ha sido escenario de la enseñanza artística en el Instituto Vázquez Díaz, y que seguirá siéndolo para todos aquellos alumnos y alumnas que, en los próximos años, entren en ella para desarrollar las pericias del arte, del dibujo y del diseño. Creo que hablo en nombre de todos cuando considero un acierto el que se decidiera poner su nombre en este ámbito que ella, de manera personal, utilizó para enseñar las pocas jornadas de trabajo que compartió entre nosotros. El otorgar los nombres de profesores a espacios en los que se han compartido los conocimientos es una bella tradición que recoge los ideales grecolatinos del genius loci, es decir, del espíritu protector del lugar, que recuperó de manera tan satisfactoria el poeta inglés Alexander Pope cuando estableció que los diseños (en definitiva, la creación artística), debían adaptarse al contexto en el que se ubican y para el que nacen. Y todos sabemos, precisamente, que Nerva es tierra de artistas y que nuestro instituto lleva con orgullo el nombre del pintor Daniel Vázquez Díaz como paradigma inspirador de la enseñanza del Bachillerato artístico por el que lleva tantos años distinguiéndose. A esta nómina de artistas con los que se asocia Nerva, debe ser añadido el nombre de Laura Luelmo, artista joven, pero que en su incipiente carrera ya apuntó inclinaciones internacionales al exponer parte de su obra en México o al iconizar la lucha contra el maltrato a la mujer, de la que ella sería, desgraciadamente, una víctima más. El sencillo diseño que se ha utilizado en esta placa recoge algo de su aportación a la visión del mundo, una especie de ready-made un arco iris que aparece tras la tormenta, según cuenta en un testimonio su madre: Laura, como espíritu radicalmente estético, pintó en una ocasión con distintos colores los limpiaparabrisas de su coche y, una vez que se montó con su madre y empezó a llover, descubrió después de accionarlos, que dejaban sobre el cristal un hermoso arcoiris de vivos colores, símbolo perfecto de esperanza y porvenir. Deseamos todos que esta placa simbolice en un lugar concreto, su lugar, su paso por el instituto, efímero, pero permanente para nuestras vidas, y que se la recuerde siempre por los alumnos y alumnas que aun no han llegado al centro según la acertadísima consideración del suizo Carl Gustav Jung: "Uno recuerda con aprecio a sus maestros brillantes, pero con gratitud a aquellos que tocaron nuestros sentimientos". Es seguro que la recordaremos siempre.


ARS LONGA, VITA BREVIS


El homenaje fue cubierto a nivel mediático por Onda Minera, que publicó posteriormente una reseña que podéis leer pinchando en la siguiente foto: